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Si bien la ceguera puede tener múltiples causas, en buena parte de los casos se produce por enfermedades de la córnea, y es en estos pacientes cuando el trasplante cumple un rol central para la recuperación de la visión.

En 2010 más de 200 personas recuperaron la vista en la Provincia de Buenos Aires gracias a la actitud solidaria de la donación.

Durante el año pasado, un total de 219 bonaerenses recuperaron la visión merced a la solidaridad de aquellos que aceptaron donar la córnea, un tejido transparente que se ubica delante del color del ojo y que cumple un rol clave para la visión, ya que de ella depende nada menos que dos tercios de la capacidad total de enfoque.

Los datos del Cucaiba, organismo dependiente del ministerio de Salud provincial, indican que en 2010 la cantidad de trasplantes de córneas se incrementó un 23,72 por ciento en comparación con 2009, y con esas donaciones cada un día y medio un paciente afectado por ceguera corneal recuperó la visión.

Si bien la ceguera puede tener múltiples causas, en buena parte de los casos se produce por enfermedades de la córnea, y es en estos pacientes cuando el trasplante cumple un rol central para la recuperación de la visión.

“El queratocono -explicó el doctor Alberto Maceira, presidente del Cucaiba- es la enfermedad congénita de la córnea que más frecuentemente provoca ceguera y necesidad de trasplante corneal, aunque también pueden ser motivo de daño en la córnea ciertas infecciones que derivan en perforaciones o abscesos de la córnea”.

El queratocono es una afección que ocasiona que la córnea pierda, progresivamente, su característica convexa y se deforme, lo que provoca un defecto muy importante de la visión.

“Las personas que dejan de ser ciegas gracias a un trasplante demuestran una infinita gratitud hacia el donante y su familia, porque verdaderamente es un cambio cualitativo muy grande en la calidad de vida, por lo que mantener una actitud solidaria en materia de donación es muy importante, y más aún en el caso de tejidos como las córneas, que marcan la diferencia entre vivir o no con una discapacidad”, señalan los especialistas.

LA VIDA DESPUES DEL TRASPLANTE
La docente platense María Cecilia Fornasieri tiene 51 años pero asegura que volvió a nacer a los 46, cuando recibió un trasplante de córnea que le devolvió la visión. Afectada por queratocono desde el nacimiento, había comenzado a utilizar lentes de contacto a los 7 años, pero tras 40 años ininterrumpidos de uso comenzó a rechazarlos. “No los toleré más porque había hecho abuso de los lentes, la córnea se comenzó a lastimar y tuve que dejarlos, lo que me sumió en la ceguera: apenas unos bultos de colores me conectaban visualmente con el mundo”, describe hoy.

Tras el trasplante que tuvo lugar en el hospital Rossi de nuestra ciudad, la mujer cuenta que “al cabo de dos años recuperé el 80 por ciento de la visión y siempre voy a agradecerle al donante y a su familia, ya que siento que ellos me devolvieron la vida”.

Una situación similar vivió la psicóloga María Marta de Giuli, quien a los 33 años recuperó parte de su visión tras un trasplante de córnea y dejó de sentir el dolor permanente en el ojo que la atormentaba desde pequeña a causa de una enfermedad llamada distrofia endotelial hereditaria congénita. “Mi vida cambió definitivamente -señaló- tras haber ingresado a la lista de espera del Cucaiba y a la posterior operación que, gracias a Dios, salió muy bien y me devolvió la visión”.

Fuente: https://prevenirlaceguera.wordpress.com/2011/05/01/la-importancia-de-donar-corneas/